En esta particular y polémica performance, Acconci yacía debajo de una rampa construída en la Galería Sonnabend y durante tres semanas se masturbaba ocho horas al día mientras murmuraba obscenidades a los visitantes que paseaban por encima suyo. En esta obra, Acconci es productor y receptor del placer de la obra al mismo tiempo, del mismo modo que el espectador es público y privado. También el espectador es colaborador pasivo, es un cuestionamiento de los márgenes, de las fronteras entre autor y receptor, y de la propia auto-consciencia del espectador. Años más tardes, la artista Maria Abramovich re-escenifico esta misma performance.
Vito Acconci - Seedbed (72)
Publicado por
El Observador
on sábado, 13 de febrero de 2010
Etiquetas:
Arte,
Conceptual
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